Cabruca es un método tradicional de cultivo agroforestal en el que los árboles de cacao crecen a la sombra de la selva atlántica original conservando su estructura.
En lugar de realizar una tala a gran escala, se eliminan únicamente árboles individuales del sotobosque, de modo que se conserva un ecosistema rico en especies.

La Mata Atlántica se extiende a lo largo de la costa brasileña desde Rio Grande do Norte en el noreste hasta Rio Grande do Sul en el sur, con áreas restantes más grandes particularmente en el sureste, incluido el estado de Bahía.
La “Costa do Cacau” (Costa del Cacao) está ubicada en el sur de Bahía, alrededor de Ilhéus, Itacaré y Taboquinhas, históricamente fue el centro de las exportaciones mundiales de cacao y hoy es un foco de cultivo orgánico y de comercio justo.

La Mata Atlántica cubría originalmente más de un millón de km²; hoy en día sólo queda entre un 7 y un 10% de esa superficie, lo que pone en peligro una biodiversidad única.
Abastece de agua potable a gran parte de Brasil, almacena CO₂ y protege contra la erosión; sin él, el clima y los medios de vida de la región se verían gravemente amenazados.

Cabruca preserva el bosque y su biodiversidad en lugar de deforestarlo, estabilizando así los suelos y el microclima.
Al mismo tiempo, las comunidades locales se benefician de los métodos agrícolas tradicionales que han protegido y transmitido sus conocimientos durante generaciones.

“Del árbol a la barra” significa que cada etapa del procesamiento del cacao, desde la plantación hasta la fermentación, el tostado y el vertido, se lleva a cabo en el lugar de origen.
Esto significa que todo el valor añadido permanece en el país de origen y la trazabilidad es lo más transparente posible.

Cuando el procesamiento y el envasado se realizan localmente, se crean empleos justos y la región se beneficia directamente de cada paso de la producción.
Esto fortalece las estructuras locales a largo plazo y evita que los intermediarios se lleven los beneficios del comercio global.

El cacao industrial a menudo se cultiva en monocultivos, se trata químicamente y se mezcla en grandes fábricas, lo que diluye el sabor y los nutrientes.
Nuestro cacao, por otro lado, crece sin pesticidas en sistemas agroforestales, se fermenta a mano y se tuesta suavemente, preservando así sabores, antioxidantes y minerales.

El origen proporciona información sobre el cultivo, el procesamiento y las condiciones sociales: conocerlos puede ayudarle a tomar decisiones de compra más conscientes y justas.
Garantiza estándares medioambientales y salarios justos y convierte cada producto en una historia que podemos disfrutar con la conciencia tranquila.